Comer bien para sentirse bien: ¿cómo influye la alimentación en el bienestar emocional?
La alimentación y el bienestar emocional están estrechamente relacionados. La forma en que comemos puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. ¿Sabías que una dieta equilibrada que incluya alimentos nutritivos y saludables puede ayudarnos a mantener un estado de ánimo positivo y reducir el riesgo de trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión? En esta nota te contamos todos los detalles.
La conexión entre la salud y la comida es una noción bien establecida, aunque se ha descubierto recientemente que esta relación se extiende también a la salud emocional, social y mental. Aunque queda mucho por descubrir acerca de esta interrelación, existe un campo específico encargado de analizarla, conocido como psiquiatría nutricional. Los expertos en esta área advierten acerca de cómo la nutrición y la alimentación pueden afectar el estado mental de las personas y destacan la importancia de modificar el estilo de vida y la dieta para apoyar los tratamientos de salud mental.
En primer lugar, es importante destacar que la alimentación influye en la producción de neurotransmisores como la serotonina, que juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo. Los alimentos ricos en triptófano, un aminoácido esencial para la producción de serotonina, pueden ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo. Algunos de los alimentos que contienen triptófano son el pollo, el pavo, los huevos, el queso, los frutos secos y las semillas.
Según algunas investigaciones, existe una fuerte conexión entre el cerebro y el sistema gastrointestinal. En el cuerpo humano existen aproximadamente 40 billones de bacterias, la mayoría de las cuales se encuentran en el intestino y forman parte del microbioma intestinal, esencial para la salud en general. Estos microorganismos cumplen diversas funciones en el cuerpo, entre ellas la síntesis de neurotransmisores que envían señales químicas al cerebro para regular funciones como el sueño, el dolor, el apetito, el estado de ánimo y las emociones. En ese sentido se han realizado estudios que indican que para favorecer la salud intestinal es recomendable elevar el consumo de frutas, verduras, pescado, frutos secos, legumbres, aceite de oliva y productos lácteos. Mientras que, en contraposición, se aconseja limitar los alimentos fritos, carnes procesadas, productos de panadería y bebidas azucaradas.
Por otro lado, una dieta rica en antioxidantes también puede tener un efecto beneficioso en nuestro bienestar emocional. Los antioxidantes ayudan a reducir la inflamación en el cerebro, lo que se ha relacionado con trastornos emocionales como la depresión. Algunos de los alimentos que contienen antioxidantes son las frutas y verduras de colores brillantes, los frutos secos y las semillas.
Por supuesto, no se trata solo de los nutrientes específicos que contienen los alimentos, sino también de la forma en que comemos. Comer en exceso o comer demasiado rápido pueden afectar negativamente nuestra salud mental y emocional. Por el contrario, tomarse el tiempo para disfrutar de una comida saludable puede ser una forma efectiva de reducir el estrés y mejorar nuestro bienestar emocional.