Mindfulness para alcanzar el bienestar: ¿qué es y cómo se practica?
Desde que suena la alarma en la mañana, la rutina nos lleva a experimentar las actividades cotidianas como si estuviéramos en «piloto automático», lo que puede poner en riesgo la salud de la mente y el cuerpo. Para superar ese estado mental, nace el mindfulness, una técnica de meditación que ha ganado popularidad en los últimos años como una herramienta efectiva para mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas. Conocida también como el «método de la atención plena», se trata de una práctica que se enfoca en estar presente en el momento y en el entorno, sin juzgar o evaluar los pensamientos o emociones que se experimentan.
El mindfulness puede contribuir al bienestar de muchas maneras. En primer lugar, se reduce el estrés y la ansiedad asociados con preocuparse por el pasado o el futuro. También se aprende a reconocer los pensamientos y emociones negativas sin ser arrastrado por ellas, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir la depresión. Además, tiene muchos impactos positivos en la salud física: se ha demostrado que esta técnica puede reducir la presión arterial, mejorar la función inmunológica, reducir los síntomas de dolor crónico, mejorar la calidad del sueño y aumentar la capacidad de concentración y atención.
Hay muchas maneras de adoptar el mindfulness, desde la meditación formal hasta la práctica de actividades físicas como el yoga, e incluso la atención plena en las actividades cotidianas. Por ejemplo, se puede entrenar la percepción para estar más atentos a todas las emociones específicas que nos despierta un encuentro o una conversación con una determinada persona y de esa manera aprender a reaccionar de manera adecuada.
Otro ejercicio que se recomienda es el de estar plenamente conscientes durante la alimentación: cerrar los ojos, apagar la televisión y el celular, y masticar y tragar con lentitud y en silencio nos permitirá percibir los sabores con mayor intensidad y de esa manera tomar consciencia de cómo comemos: hay una gran diferencia entre nutrir nuestro cuerpo y comer por ansiedad o compulsión. En resumen, esta técnica puede contribuir de diferentes maneras a mejorar la calidad de vida de las personas y a incrementar la capacidad de hacer frente a los desafíos diarios. ¿Te animás a probarla?